El asociativismo en el ámbito rural es una herramienta fundamental para, por un lado, producir más, y por el otro, ahorrar en la contratación de insumos o transformar materias primas. En esta línea, los productores -e inversores- se congregan en torno al denominado pool de siembra -el pool no se circunscribe solo a la actividad agrícola- y así alcanzar los beneficios antes mencionados.

El pool de siembra no es un contrato, en realidad, es un conjunto de contratos,  no hay una norma que regule el pool de siembra expresamente, es decir, en primer lugar, no es un contrato típico y, en segundo lugar, no es un único contrato, sino que se ve integrado por distinto acuerdos.

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